El miedo, es ese extraño sentimiento que nos mantiene vivos, que nos aleja de cosas desconocidas o peligrosas. Por una cuestión desconocida la humanidad empezó a desarrollar miedos a otras cosas, ya no materiales, sino ideales, es decir le tenemos miedos a nuestras propias mentes.
Este es un cuento que el escritor Eduardo Galeano lo definiría como un espejo. Porque para él un espejo es contar una historia donde nos veamos reflejados.
Epicuro
En el jardín de Atenas Epicuro hablaba contra los miedos, contra los miedos a los dioses, a la muerte, al dolor y al fracaso.
Es pura vanidad, creer que los dioses se ocupen de nosotros. Desde su inmortalidad desde su perfección ellos no nos otorgan ni premios ni castigos. Los dioses no son temibles porque nosotros, efímero, mal hechos, no merecemos nada mas que su indiferencia.
Tampoco la muerte es terrible, decía. Mientras nosotros somos, ella no es; y cuando ella es, nosotros dejamos de ser.
¿Miedo al dolor? Es el miedo al dolor el que más duele, pero no hay nada más placentero que el placer de cuando el dolor se va.
¿Y el miedo al fracaso? ¿Qué fracaso? Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco, pero ¿Qué gloria podría compararse al goce de charlar con los amigos en una tarde de sol? ¿Qué poder puede tanto con la necesidad que nos empuja a amar, a comer, a beber?
Hagamos dichosa, proponía Epicuro, la inevitable mortalidad de la vida.
Retomo lo anterior “el buscador” no sabe lo que busca, pero sabe que su vida es una búsqueda.
Tomo su reflexión para decir que admiro a la gente que no tiene miedo de vivir su vida, de vencer sus miedos, de intentar aunque se fracase, de ir en búsqueda de lo que mas quieren con la certeza de que es posible.
Es la sensación mas parecida a la libertad…
Los invito a ser liberarse de sus miedos…
Gracias por tu tiempo, hasta otra.
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